BUENA TIERRA (PARTE 9)
JEHOVÁ ES MI PASTOR, NADA ME FALTARÁ
En la matemática de Dios el cero, el vacío, la nada, no existe, porque El está lleno de riquezas.
Cuando el universo, que está siendo escrutado, los astrofísicos definieron que en realidad todo lo visible como las galaxias, las estrellas y los planetas no estaban flotando en la nada sino que estaban rodeados de una materia oscura pero invisible, la idea de la nada solo estaba en la mente de los hombres.
Según el plan de Dios todos tenemos un propósito, un espacio que cubrir en el enjambre social, económico, espiritual y de otra índole. Pero sabemos ahora, que no todo lo podemos tener. Pero hay cosas imprescindibles que Dios suple.
La carencia de afecto lleva a situaciones retorcidas supliendo lo faltante. Uno de los hechos más dramáticos es la ausencia paternal, este incide con más dolor en la relación padre e hija. La mujer en una determinada edad, requiere la imagen del padre, cuando este se aparta de la obligación amorosa filial, entonces se provoca un vacio. Este vacío dicen los científicos que es suplido por un espíritu negativo cuando en ese contexto familiar no hay una atmosfera con principios y valores altos.
En una experiencia cercana, un ser querido mío, en una temprana edad, sufrió la falta de un padre, ausente por voluntad propia, que marcó el carácter de este ser querido. Ella creó una figura equivocada de padre protector, proveedor y consejero. Esta figura se convirtió en un espíritu negativo que fue alimentado por la desconfianza, que en la ignorancia su madre la indujo en su psiquis; que en una febril imaginación este creció hasta convertirse en un monstruo. Esta entidad que espiritualmente es un demonio, necesitaba alimentarse de energía y se expresaba en destrucción y actitud posesiva sobre los demás. Su influencia torcida, no avanzó por la gracia de Dios.
Tú mi Señor andas un paso delante de mí, sabes lo que necesito y si es necesario suples todo lo que hace falta. Entonces diré Jehová es mi pastor, nada me faltará. Salmos 139:1-2-3-4; Filipenses 4:19; Salmos 23:1; Deuteronomio 2:7
El Señor resuelve, toda falencia espiritual emocional, física que pueda angustiar al hombre, con su omnisciencia. Y lo hace con prontitud a los que le temen y hacen la paz. Isaías 55:9; Salmos 34:9; Jeremías 29:11
Muchos se angustian por su destino o su futuro, pero Dios nos dice que confiemos en El. Mateo 6:25-26-27; Proverbios 3:5
Dios sabe lo que nos hace falta, en su justicia da al que le pide, pero fuera de esta, los que piden para gastar en sus deleites nada pueden alcanzar. Jeremías 17:10; Mateo 7:7-8-9-10-11; Santiago 4:2-3
Estando en la gracia de Dios y viviendo en fe y bien, el nos aparta de toda angustia. A los desamparados hace habitar en familia; saca a los cautivos a prosperidad. Él hace habitar en familia a la estéril que se goza en ser madre de hijos. Job 36:16; Salmos 68:6; Salmos 113:7-8-9
MENSAJERO-PROFETA