BUENA TIERRA (parte 11)
EN PARTE CONOCEMOS Y EN PARTE PROFETIZAMOS
Autor: Freddy Humberto Trino CamachoEn parte conocemos y en parte profetizamos. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará. En parte conocemos y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, juzgaba como niño; pero cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido. Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (1Corintios 13:8-13)
Y cada profecía y conocimiento sean dados a su turno hasta alcanzar el mensaje completo de Dios. Podéis profetizar todos, uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados. Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, (1 Corintios 14:31-33)
Porque los ojos de Dios están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres. Grande eres en consejo y magnifico en hechos; tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos y según el fruto de sus obras. (Jeremías 32:19)
Pues hace unos días atrás, la mascotita de la familia de mi hermano Oscar, llamado chicho, un lorito muy bullicioso, decidió abandonar intempestivamente la protección que tan amorosamente le brindaban mis pequeñas sobrinas. Sucedió que el animalito le creció las alas literal y figurativamente. Cuando dejaron la puerta que sale al balcón en la parte trasera del departamento, aprovecho el lorito de emprender vuelo sin dirección cierta. La desesperación y la angustia, sobre todo de mis sobrinas fue a tal extremo que sobresaltó a todo el vecindario.
Era un día especial para toda Bolivia, que por decreto se dispuso como “día del peatón” en todas las ciudades, entonces todas las calles fueron ocupados sobre todo por jóvenes que se dispusieron hacer deporte y el tráfico de vehículos fue suspendida. En una mayor parte se quedaron en sus domicilios, aprovechando un semi-feriado. Mi hermano su esposa y sobre todo una de mis sobrinas era los únicos exaltados en el lugar, que a gritos la niña, buscaba y llamaba con ahínco en todos los rincones habidos y por haber, ni rastro del menudo lorito. Viviendo yo dos departamentos arriba, escuche ese grito único desesperado de perdida que uno lo siente cuando un ser querido ha muerto. Observe el hecho e inmediatamente me subí a la terraza y con las larga vistas escudriñe todo el sector sin resultados.
Toda la familia se movilizo e involucró por medio de llamadas telefónicas y cada quien sugirió alguna idea o estrategia lógica para determinar el paradero de la mascotita, en este ínterin como dice la palabra santa, en parte se profetiza y en parte se conoce. Mi hermana que vive unas cuadras mas allá, se ilumino llamando a una amiga suya que vivía en una dirección, que al principio parecía ilógica, que no le dimos importancia, pero era la cierta. Mi cuñada dijo que su lorito, posiblemente fue a buscar una pareja, en esta idea nuestra frenética imaginación nos condujo a suponer que se fue en dirección de los yungas, lo que apagó nuestros ánimos y esperanza, esto también tenía algo de verdad. Pero en mi espíritu yo sentí una paz certera, que me indicaba que el animalito aparecería de un momento a otro, esto se confirmo cuando en un último intento desde la terraza, mi sobrina mayor llamaba desgarradoramente a su querida mascotita, en ese momento sentí la presencia de Dios.
La palabra santa de Dios dice esfuérzate y se valiente, no temas ni desmayes, que estaré contigo donde quiera que vayas, esta promesa se cumplió, algún vecino se conmovió ante el dolor de la pérdida de mis sobrinas y se predispuso a devolver a la mascota preciada. Tocaron mi comunicador, diciéndome que habían hallado al animalito, baje inmediatamente y les comunique de esta buena nueva a mi hermano y su familia, quienes sin vacilar se precipitaron a la puerta de calle, ahí estaba el animalito, devolviendo el brillo en los ojos de mis sobrinas y un profundo alivio a una familia que vio oscurecido su día.
Que había pasado, resulta que el lorito que se paseaba en la ventana todos los días, escuchó atentamente a sus congéneres, en una casa vecina en la dirección que mi hermana había presentido, entonces suponemos que este animalito instintivamente corrió, más propiamente voló a buscar una pareja de su especie acertando de alguna manera mi cuñada.
Cerrando las predicciones y conocimientos al respecto, que la avecita aparecería, el milagro sucedió tan rápido tal como se había perdido. Nunca debemos perder la fe, cuando hay amor en una familia, Dios está atento al clamor sobre todo de los niños y al camino de los justos y su intervención es clara y evidente, por tanto toda la gloria es para el Señor. AMEN.
MENSAJERO-PROFETA
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